El bruxismo es un trastorno que puede afectar a adultos y a niños,  independientemente de la edad a la que se produzca.

Este corresponde a un movimiento parafuncional de la boca producido por múltiples factores, que se genera a partir del apriete involuntario de músculos masticatorios. Lamentablemente, el bruxismo no solo tiene consecuencias en la boca ya que sus secuelas pueden extenderse a otros órganos: los más comunes son dolor de oído, de cuello y cabeza.

Si bien, el bruxismo está asociado a la hora de dormir (bruxismo nocturno), este también puede producirse durante el dia (llamado bruxismo diurno), por lo que los pacientes aprietan los dientes mientras trabajan o estudian, generando un desgaste severo de las piezas dentales.

El bruxismo infantil es un problema en auge que, normalmente, aparece en niños de entre seis y diez años. En líneas generales, estas edades coinciden con la erupción de la dentadura definitiva y la caída de los dientes de leche. Al hablar de este trastorno en niños, se distinguen dos tipos:

• Bruxismo céntrico: consiste en apretar los dientes sin movimientos deslizantes.
• Bruxismo excéntrico: se caracteriza por rechinar los dientes. Es decir, en vez de apretar, tienden a “frotar” los dientes superiores con los inferiores.

 La detección temprana del bruxismo es fundamental dado que esto puede provocar fracturas y fisuras en dientes, desgaste dentario y recesiones en las encías, que pueden derivar en un problema de sensibilidad dental y un aumento de las caries a nivel de los cuellos dentarios.

¿Cuáles son las principales causas del bruxismo infantil?

• Estrés: está estrechamente relacionado con factores psicológicos. En muchos casos, es una respuesta del niño al estrés, la ansiedad, el miedo o la tristeza.
• Hiperactividad: el bruxismo en niños también está muy relacionado con los trastornos de hiperactividad.
• Genética: si existen antecedentes familiares de bruxismo, hay un riesgo mayor de que el niño sufra la afección.
• Trastornos del sueño: hay determinados hábitos negativos relacionados con el sueño que pueden propiciar la aparición de bruxismo infantil (apnea del sueño, dormir pocas horas, no descansar lo suficiente…).
• Proceso de erupción dental: en algunos casos, estas circunstancias generan molestias que llevan al niño a apretar los dientes como forma de disminuir el dolor.

La forma más certera de enterarse si un niño padece este problema es a través de los chequeos de rutina, en los que el dentista comprueba si hay signos de bruxismo. Por ello te recomendamos llevar a los niños con su dentista de forma regular cada 6 meses a cualquiera de nuestras clínicas.Si tienes alguna consulta puedes reservar una hora en el siguiente link o llamando al Call Center al 600 707 1010.